Yo no me puedo olvidar de vos, nunca me voy a olvidar de la mancha que le hiciste a River, de cómo lo humillaste, le robaste, lo rompiste, lo quebraste, lo llevaste a la verguenza y a la humillación. Yo no me olvido, querido Aguilar. Aunque me cuesten diez años, veinte, treinta, cuarenta, no voy a parar hasta saber que estás muerto, o al menos sufriendo, sufriendo al menos una milésima parte del dolor que siento hoy yo por River, yo y miles de hinchas. Hoy soy una pendeja de 17 años, pero mañana seré grande, y no te va a salvar nadie. No te va a salvar nadie; me voy a encargar de que te undas en tu propia mierda, que te quedes seco y te ahogues de dolor, hijo de re mil puta, con los sueños y el amor de la gente no se jode.
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