-...veo, bajo un rayo de plato, a una dama del brazo de un caballero, y pienso que a mí también me gustaría estar con una mujer para pasearme con ella bajo la luna. Me apasiono, olvido... Y de pronto veo en el muro del parque la sombra de mi perfil.
-¡Querido amigo!
-Sí, amigo mío; me pongo muy mal al verme tan feo, tan solo...
-¿Lloras?
-¡Ah, no! ¡Eso jamás! Sería muy ridículo que una sola lágrima resbalara por esta inmesa nariz. Mientras sea conciente de mi, no permitiré que la divina belleza de las lágrimas se arruine al contacto de esta nariz deforme. Fíjate bien: no hay nada mas excelso que las lágrimas, y yo no quisiera provocar una carcajada ridiculizando ni una sola...
CYRANO DE BERGERAC.
PD: Marra la concha de tu madre! Basta de presión, BASTA.
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