Después de años decepcionándome de muchas personas a las que yo llamaba "amigos", después de descubrir de una manera quizás demasiado espeluznante que había muy pocos AMIGOS con todas las letras, me decidí que en vez de guardarle rencor a aquellos que no sabían valorar a una amistad, aquellos que elegían a los "amigos" sólo por conveniencia personal de cualquier tipo o en fin, aquellos que no saben valorar lo que en realidad significa una amistad, decidí que yo les iba a reservar a esas pocas personas que son Amigos con A mayúscula un lugar muy especial en el corazón, y que jamás las iba a olvidar porque eran simplemente inolvidables los recuerdos, los gestos, las risas, todo lo que me había demostrado su lealtad y amistad incondicional. Hice una separación invisible en mi corazón, para poder admirar con mayor entusiasmo a esos pocos que se lo merecen, esos pocos amigos ideales que se cuentan con los dedos de una sola mano.
Y entre esas personas tan increíbles, entre esas personas a las que yo le agradezco al destino habérmelas cruzado, por supuesto que te encontrás vos Tati. A pesar de la distancia que nos mantiene tan lejos, seguís siendo una de mis mejores amigas, una de esas personas que amo tanto porque jamás me faltaste, jamás me juzgaste, y siempre estubiste conmigo. Con vos, podemos estar años sin vernos, y al reencontrarnos nuestra amistad sigue igual de sólida (¡o más todavía!). Y te dedico este texto para que sepas lo importante que sos para mí, y para que sepas que agradezco día a día que nuestra amistad siga creciendo (en vez de degradarse) con el tiempo. Te amo infinitamente, AMIGA, ¡gracias por formar parte de mi vida!
Recuerdos de Kenia.
Hace 3 años