No se puede dedicar el alma a acumular intentos, pesa más la rabia que el cemento. Espero que no esperes que te espere después de mis 26, la paciencia se me ha ido hasta los pies. Y voy deshojando margaritas y mirando sin mirar, para ver si así te irritas y te vas.
(Perdón, yo lo intenté miles de veces. Pero ya no puedo más, no puedo seguir así.)
Recuerdos de Kenia.
Hace 3 años
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