-Y no es sólo él-apretó los labios en un ademán defensivo-. Me gustaría que vieras la forma en la que te mueves a su alrededor.
-¿Qué quieres decir?
-La manera en que andas, como si él fuera el centro del mundo para ti y ni siquiera te dieras cuenta. Cuando él se desplaza, aunque sea sólo un poco, tú ajustas automáticamente tu posición a la suya. Es como si fueran imanes, o la fuerza de la gravedad. Eres su satélite... o algo así. Nunca había visto nada igual.
Recuerdos de Kenia.
Hace 3 años
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