Lo peor de todo es que ahora tengo la certeza de que no valgo nada. No entiendo cómo puedo importarte tan poco (bah, cómo no te importo mejor dicho).
Yo hubiera dado mi brazo, o cualquier cosa, hasta lo que no tengo hubiese dado por lo que yo consideraba una gran amistad. Menos mal que no lo dí.
Recuerdos de Kenia.
Hace 3 años
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