La música.

El sentimiento hacia la música es... increíble. Increíble porque la música te puede cambiar la vida cuando escuchas por primera vez ESE grupo que parecía estar ahí para vos, con el que te sentiste identificado la primera vez que los escuchaste y pusiste el CD de esa banda una y otra vez, con los parlantes temblando de lo fuerte que estaba la música y vos tenías esa sonrisa en la cara que parecía que el sonido de aquella banda te drogaba. La música te puede alegrar cuando lo nesecitas, ¿acaso cuando estamos tristes y no tenemos ganas de hablar con nadie, lo primero que hacemos no es tirarnos en la cama, encerrados, con NUESTRA música, esa con la que nos sentimos identificados a todo lo que dá el volumen una vez más? SIEMPRE habrá una banda cuyo sonido nos sacará una sonrisa, una mirada, un gesto de más, representando que dentro nuestro algo pasa... Esas notas, esos riff capaces de hacernos perder el control y saltar como si estubiésemos en un recital, olvidándonos que en realidad estamos en nuestro dormitorio y posiblemente haya vecinos riéndose de vos mirándote por la ventana. La música, además de arte, es vida, una forma de expresión, pero también mucho más que eso. GRACIAS, música, por existir, me cambiaste la vida más de una vez, hasta que escuché la que me convirtió en lo que soy hoy, la que me obsesiona hoy: Guns N Roses. Cuando los escucho lo primero que me doy cuenta es lo infeliz que soy por haber nacido taaaan tarde. Y luego olvido todo eso, pongo el Apettite For Destruction y grito mientras escucho el tananananana tannanananana tanananananaan tanananananana del riff de Slash :) Menos mal que siempre está la música para hacernos olvidar nuestros problemillas.
Yo no soy música, y como soy un asco tanto cantando como con la guitarra, estoy segura que jamás lo voy a ser. Pero tengo el orgullo de decir que sé apreciar a la música, y que soy totalmente conciente que es una de las cosas más importantes que hay en mí.