Nuestras miradas se encontraron y también me reí. Nos reímos de lo absurdo y estúpido de la situación.
-Y de ese modo el león se enamoró de la oveja...-murmuró. Desvié la vista para ocultar mis ojos mientras me estremecía al oírle pronunciar la palabra.
-¡Qué oveja tan estúpida!-musité.
-¡Qué león tan morboso y masoquista!
Recuerdos de Kenia.
Hace 3 años
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