Hoy creo que estoy casi segura de que voy a estudiar medicina. Siempre había dicho que me gustaba un poquito la idea de estudiar medicina, pero siempre había tenido un problema bastante importante que me impedía estar segura de seguir con mi propósito no: me refiero al hecho de que yo no valoro (o no sé valorar) mi propia vida. Me parecía muy hipócrita que yo, que muchas veces sostuve que la vida no tenía mucho sentido (lo cual no significa que tenga ideas suicidas ni nada de eso, sólo me parecía que no tenía mucho sentido, sólo eso), estudiara para alargarla la vida a los demás. Y entonces me puse a pensar y llegué a una conclusión: yo no valoro mi vida, ¡pero está la vida de los demás! Esas sí que las valoro. Y entonces me dí cuenta también que me gustaría tener las herramientas para curar y sanar a personas como las que amo, me gustaría alargarles la vida hasta que yo misma me muera felizmente a su lado. Y es por eso que hoy digo: quiero estudiar medicina.
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