Guns N Roses

martes, 14 de abril de 2009

Un cielo detrás de tí.

Mi corazón palpitaba como nunca antes lo había sentido. En mis orejas escuchaba una canción lenta, que siempre me había relajado "dont cry" de Guns N Roses. Yo tenía los ojos cerrados y me cabeza apoyada sobre el pecho de él. Estábamos los dos en un salón vacío. Era el salón de donde había festejado mi cumpleaños número 15, pero no había ninguna mesa y no había nadie más, sólo nosotros dos, una vela qe nos alumbraba en el piso cerca nuestro.. y la música. Aunque en realidad no estoy segura de si la música estaba ahí, o simplemente la escuchaba yo y él no, pues qizás simplemente sonaba en mis oídos. Estabamos de pie en el medio del salón, abrazados y moviéndonos lentamente, como bailando esa música qe zumbaba en mi cabeza. Sentía sus fuertes brazos abrazándome, y sentía su espalda musculosa y dura. Era bastante más alto que yo, quizás unos 4 o 5 cm. Su pelo negro estaba como siempre, bien largo y despeinadísimo, una marca, por decirlo así, de él. Le cubría gran parte del rostro, y si bien por momento no se le podía ver ni un ojo, por momentos asomaban sus ojos castaño oscuro. Sonreía levemente, y se le acentuó más la sonrisa luego de darme un beso en la frente. Yo sonreí como nunca lo había echo. Lo amaba tanto... Lo observé bien, dispuesta a grabar su imagen en la retina. Él vestía sus clásicos pantalones negros de cuero, unas botas negras y una remera blanca con una leyenda en rojo. Tenía cadenas en la cintura, anillos de plata en las manos, y al mirarlo bien reconocí cada uno de sus tatuajes qe ya casi de memoria sabía. Yo me miré: era tan distinta a él... Yo tenía el pelo suelto y despeinado, estaba maqillada y descalza. Vestía un vestido negro y largo, aunqe no me acuerdo muy bien como era. Me sentía tan feliz ahí, con él abrazada... Se me escapó una lágrima cuando me obligué a mí misma a recordarme que era sólo un sueño, y que cuando despertaría él no estaría allí. Levanté mi mano derecha e hice qe moviese la cabeza, de tal manera qe el cabello qe le tapaba la cara dejó su rostro al descubierto por unos instantes... Qe hermoso qe era, qe hermoso qe siempre había sido. Sus ojos me miraron con dulzura. Pude ver un arito ahí en su nariz, y noté qe llevaba los mismos aros en las orejas qe tenía en la foto qe tengo pegada en el placard de la pieza. Se rió y me dió un beso, y seguimos moviéndonos, aún con lágrimas rodando por mis mejillas, completamente conciente que estaba a minutos de despertarme. ¿No había una manera de seguir el sueño y no despertar jamás? De repente empecé a escuchar voces que susurraban mi nombre.. "Es un sueño" me dije, pero aún ahí en el sueño no quería despertar, quería quedarme ahí para siempre con él. Levanté la cabeza y lo miré a él, le di un beso y le pedí qe volviese otro sueño, qe nunca me dejase... el me dijo qe volveria, con una voz grave qe me estremeció. Lo miré por última vez y... abrí los ojos. La vida real otra vez. Levanté la mirada y ví ahí en mi placard la foto de él. Me paré y me acerqué a esa foto, y lo seguí observando, sin poder evitar que las lágrimas me vencieran aquí también: ¿de qué servía la vida si no estaba él a mi lado? Me levanté de la cama y abrí el cajón de mi mesita de luz: encontré las pastillas que venía dándome hacía poco más de un año el psicoanalista, y que yo jamás había utilizado. Abrí todos los frasqitos y me metí las pastillas en la boca, ayudándome con un trago de agua que había en la mesita también. Me acosté con tranquilidad, mientras la visión se me empezaba a nublar, sonriendo con un mancabro placer: al fin lo volvería a ver, y podría estar con él para siempre.

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